Es verde, peludo y pequeño, pero no hay que dejarse engañar por su apariencia peculiar: el kiwi es una de las frutas más completas y deliciosas del mundo. Con su sabor agridulce y su pulpa vibrante, se ha ganado un lugar en los desayunos, ensaladas y smoothies del planeta. Pero su historia es tan interesante como su sabor. Te cuento la historia del kiwi, beneficios y curiosidades.
Kiwi: sus beneficios para la salud

Detrás de su aspecto se esconde un superalimento. El kiwi es una bomba de vitamina C: con solo uno, puedes cubrir más del 150% de la ingesta diaria recomendada. Pero eso no es todo. También es rico en fibra, vitamina K, antioxidantes, potasio y ácido fólico.
Consumir kiwi regularmente ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, mejora la digestión (gracias a una enzima llamada actinidina), regula la presión arterial y tiene efectos positivos sobre la salud cardiovascular. Además, su bajo contenido calórico lo convierte en un snack perfecto para quienes buscan una alimentación saludable.
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Kiwi, un migrante con mucho sabor

Originario de China, donde era conocido como yang tao, el kiwi creció silvestre durante siglos antes de ser domesticado. En el siglo XX, unas semillas viajaron desde Asia hasta Nueva Zelanda, donde se cultivó con éxito por primera vez. En honor al ave nacional de ese país —el pequeño y peludo kiwi— la fruta fue rebautizada y se volvió emblema nacional. Desde entonces, su popularidad explotó a nivel mundial.
El kiwi llegó a América en la segunda mitad del siglo XX. En particular, Chile comenzó a cultivar esta fruta en la década de 1980, cuando agricultores visionarios reconocieron que las condiciones del sur del país —con suelos fértiles, clima templado y estaciones bien marcadas— eran ideales para su producción.
Hoy, Chile se ha consolidado como uno de los principales exportadores de kiwi a nivel global. El valle central chileno, especialmente en regiones como O’Higgins y Maule, se ha transformado en el hogar ideal de este fruto exótico que ya no es tan extranjero. Su cultivo no solo diversificó la oferta agrícola chilena, sino que también generó empleo y fortaleció la imagen del país como potencia frutícola. México es uno de los principales consumidores de kiwi chileno.
En definitiva, el kiwi es mucho más que una fruta exótica. Es un ejemplo de cómo la naturaleza, el ingenio agrícola y el buen paladar pueden unir culturas y enriquecer nuestras mesas. Desde los huertos del sur de Chile hasta los supermercados del mundo, el kiwi y sus beneficios siguen escribiendo historia.
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