Los microplásticos ya no son una amenaza futura, son una realidad presente en nuestra dieta diaria. Aunque aún no sabemos qué tan dañinos son en los niveles actuales, la evidencia indica que podemos empezar a cuidarnos desde nuestra cocina. Entre menos plástico utilicemos, más vidro, acero y menos alimentos hiperprocesados, mejor será nuestro margen de exposición.
¿Qué son los microplásticos y cómo se relacionan con la comida?
Los microplásticos son fragmentos de material plástico que miden menos de cinco milímetros (y los llamados nanoplásticos aún menos de un micrómetro) y provienen tanto de la degradación de plásticos más grandes como de partículas fabricadas deliberadamente. Estos fragmentos pueden llegar a nuestros platos a través del agua, del aire, del suelo, de los envases plásticos o de procesos de producción donde están presentes.
Lo que hace particularmente singular a los microplásticos en nuestro alimento es una combinación de factores:
- Tamaño y forma diversos: pueden encontrarse como fibras, fragmentos, partículas raras veces visibles al ojo humano, lo que dificulta su detección sistemática
- Origen múltiple: no solo provienen del empaque, sino del ambiente, resultado de la contaminación del agua, absorción por plantas, sedimentos en suelo agrícola o en el mar.
- No hay “ingrediente” declarado: no se añade deliberadamente, porque no están permitidos como ingredientes; su presencia es un efecto colateral de contaminación y degradación.
- Impacto incierto: la ciencia no ha definido bien el umbral seguro, ni los efectos a largo plazo en la salud humana, lo que los hace un “desconocido peligroso”.
Por estas razones, los microplásticos son un contaminante alimentario que requiere una mirada profesional, seria, integrada con políticas de producción de alimentos, envases y consumo.
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¿Qué tan preocupante es que algunas bolsas de té liberan millones de microplásticos en tan solo una taza?
¿Qué alimentos tienen más microplásticos?

En investigaciones recientes se han identificado ciertos alimentos con mayor probabilidad de contener microplásticos:
- Sal de mesa: estudios muestran que la sal empaquetada con plástico puede contener microplásticos, incluso la llamada “sal rosada del Himalaya” reporta más contaminación que otras.
- Bolsitas de té: aunque parecen simples, muchas de las bolsitas contienen componentes plásticos y sus infusiones liberan millones de partículas en el agua.
- Arroz e instantáneos: un estudio citó que cada 100 g de arroz se pueden ingerir entre 3 y 4 mg de microplásticos; en arroz instantáneo ese nivel se eleva hasta 13 mg.
- Pescados y mariscos: los organismos marinos actúan como acumuladores del plástico presente en océanos y ríos, y al consumirlos puede aumentarse la exposición.
- Agua embotellada: se han detectado miles de partículas por litro en algunas marcas de agua embotellada.
Estos alimentos reflejan tanto la contaminación ambiental como la contaminación a través del envase o manipulación. Por eso, la forma en que se producen, almacenan y empaquetan los alimentos afecta directamente la presencia de microplásticos.
Cómo evitar la exposición a microplásticos

Debido a que provienen del ambiente y de múltiples rutas de entrada, eliminarlos al 100 % es prácticamente imposible. Pero sí puedes reducir tu exposición.
- ¿Beber agua de la llave es mejor que embotellada? Sí: las botellas plásticas suelen contener más partículas que el agua de grifo bien tratada. Estudios estiman que beber solo agua embotellada puede incrementar significativamente la ingestión.
- ¿Evito alimentos procesados totalmente? Reducir alimentos muy procesados y empaquetados ayuda porque parte de la contaminación puede venir del envase o del procesado.
- ¿El plástico de cocina libera microplásticos al calentar? Sí: contenedores plásticos, bolsas microondas y utensilios pueden desprender partículas al calentar alimentos. Cambiar a vidrio o acero inoxidable es recomendable.
Tips prácticos:
- Usa recipientes de vidrio, cerámica o acero inoxidable para almacenar alimentos y bebidas.
- Evita recalentar alimentos en envases de plástico o usar bolsas plásticas en microondas.
- Reduce el consumo de botellas plásticas de un solo uso: opta por filtros de agua, jarros de vidrio o acero.
- Prefiere alimentos frescos, minimamente empaquetados, y evita los envoltorios plásticos excesivos.
- Al preparar té o infusiones, usar hoja suelta en vez de bolsitas con plásticos ayuda a bajar la ingesta de partículas.
- Apoya y exige envases sostenibles, producción responsable, menos plásticos de un solo uso: el problema es también estructural.
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