No era necesario que un estudio confirmara que comer pasta te hace feliz, porque una sonrisa, más de una vez, se ha dibujado en nuestra cara al primer bocado.
Después de mucho tiempo se ha investigado y medido científicamente que la pasta nos hace feliz. El estudio fue realizado por la Universidad IULM de Milán, basado en metodologías neurocientíficas y monitorización cerebral similar a la del detector de mentiras (análisis de expresiones faciales, activaciones cerebrales relacionadas con las emociones, variación en la frecuencia cardíaca y microsudoración).
Así es como un estudio confirma que comer pasta te hace feliz
Los investigadores detrás del estudio analizaron a un panel de 40 personas de entre 25 y 55 años, sin intolerancia al gluten, y observaron su reacción emocional y su grado de implicación al degustar pasta, en comparación con algunas actividades populares como escuchar música o ver los Juegos Olímpicos, fútbol o tenis.
El estudio confirma que comer pasta provoca un estado emocional y cognitivo positivo. Los cuatro parámetros examinados también indican que las emociones experimentadas al probar nuestra pasta favorita son similares a las generadas al recordar recuerdos felices , en particular los relacionados con la familia.
- Índice de memoria: Comer pasta es la actividad que más probablemente desencadena procesos de memoria cognitiva. Con una puntuación de 0,87 en una escala de 0 a 1, la “experiencia con la pasta” duplica la puntuación de la música (0,43) y supera ampliamente al deporte (0,02).
- Índice de compromiso: la pasta (0,28) es el estímulo más atractivo, en comparación con la música (0,20) y el deporte (0,03).
- Índice emocional: la pasta (0,36) está a la altura de la música (0,35) y por delante del deporte (0,22) en cuanto a su capacidad para desencadenar emociones positivas.
- Índice de felicidad: mide el nivel de felicidad mediante la lectura de expresiones faciales. Una vez más, la pasta ocupa un lugar destacado, con una puntuación del 76 %, comparable a la de una canción favorita (75 %) y superior a la de un deporte favorito (54 %).
Los resultados indican que nos sentimos más activados emocionalmente al comer pasta. El mismo acto de comer y disfrutar del plato es lo que desencadena los recuerdos y emociones más positivos. La respuesta de activación cognitiva y emocional a la pasta es tan intensa, placentera y atractiva que persiste incluso después de comerla.
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Felicidad, la primera palabra que viene a la mente al escuchar la palabra pasta
En una encuesta sobre los hábitos alimentarios de los participantes, la respuesta con mayor puntuación a la pregunta “¿Cuándo comes pasta?” fue “Cuando me siento feliz”, con un 4,54 en una escala Lickert del 1 al 6. Su consumo está especialmente vinculado al tiempo en familia (5,10) y a la amistad (5,07).
Además, la mayoría de la muestra (40%) identifica la pasta como un alimento reconfortante. A la pregunta “¿Qué tan feliz te hace comer pasta?”, el 76% de los usuarios respondió “mucho”. De hecho, es en parte la capacidad de la pasta para despertar emociones positivas lo que permite que este alimento tradicional siga siendo un básico en nuestras cestas de la compra. Y a la pregunta “¿Qué tan feliz te hace comer pasta?”, el 76% de los usuarios respondió “mucho”.