Quesos a prueba de inflamación: guía de quesos sin lactosa para incluir en tu día a día

tabla con algunos quesos sin lactosa

Si formas parte del 68% de la población mundial que es intolerante a la lactosa, pero amas los lácteos, aquí te dejo una lista con 13 quesos sin lactosa o con cantidades tan bajas que podrás entrarles sin remordimiento y, sobre todo, sin inflamación.

¿Cuáles son los quesos sin lactosa? Aquí te dejamos una lista

tabla de quesos sin lactosa
Foto: si eres muy quesero, pero te preocupa inflamarte, hay quesos con muy baja o nula cantidad de lactosa que pueden ayudarte a calmar ese antojo / Shutterstock

Para que un queso sea considerado 100% sin lactosa, una de dos: o es de origen vegetal (como las opciones hechas a base de nueces), les agregan lactasa, la enzima necesaria para el proceso digestivo, o son quesos muy maduros (cuanto más tiempo pase, menor porcentaje de lactosa tendrá, ya que se va eliminando de forma natural). En esta lista encontrarás quesos con nula o muy baja cantidad de lactosa, que los vuelven ideales para armar una tabla para tu siguiente reunión.

Muenster

Muenster, un queso sin lactosa
Foto: el Munster fue inventado por los monjes benedictinos llegados de Italia y de Irlanda en el año 600 / Shutterstock

El queso Muenster tiene un rango de lactosa de 0 a 1.1%. Este queso semiblandito de los Estados Unidos es suave, con un toque ligeramente a nuez y generalmente se hace con leche de vaca.

Camembert

Camembert es uno de los quesos sin lactosa
Foto: este queso de origen francés cuenta con denominación de origen; es maduro y con una corteza dura enmohecida. Tiene un 45% de grasa, se utiliza leche cruda de vaca para su elaboración y se puede derretir / Shutterstock

Este popular queso francés tiene un rango de lactosa de 0 a 1.8%. El Camembert es conocido por su textura suave y cremosa, y su sabor lácteo y herbáceo. Su corteza de moho blanco es comestible, lo que lo convierte en una opción popular para las tablas de charcutería.

Brie

El brie francés pertenece a los quesos sin lactosa
Foto: este queso es más bien untable o como aperitivo, no se derrite fácilmente, es un excelente acompañante para el vino / Shutterstock

Aunque el Brie es muy similar al Camembert, tiene un rango de lactosa ligeramente mayor, de 0 a 2%. Este queso suave de leche de vaca, con un sabor cremoso, tiene muchas aplicaciones: desde horneado en hojaldre, hasta acompañado de rodajas de manzana o como la estrella de una tabla de charcutería.

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Cheddar (variedades suave y fuerte)

barra de queso cheddar
Foto: su color puede ser amarillo pálido, oscuro o hasta anaranjado. El color amarillo se debe al anato, un colorante natural extraído de una planta originaria de América tropical / Shutterstock

El queso originario de Inglaterra tiene un rango de lactosa de 0 a 2.1%. El Cheddar es un queso con un marcado sabor a nuez y con textura semi suave que se funde a la perfección, por eso es el preferido de los macarrones con queso, como salsa para pasta o dentro de un pastelito de queso.

Provolone

queso provolone
Foto: queso de leche de vaca que se elabora de manera normal (con cuajo y maduración), pero su diferencia es que se ahuma para tener sus notas características / Shutterstock

Con un rango de lactosa de 0 a 2.1%. Este queso, con un sabor ahumado característico, es adecuado para personas con intolerancia a la lactosa. Sus notas son tan especiales que realza el sabor de los embutidos o puede vivir como protagonista en cazuelas horneadas con pimientos y orégano.

Gouda

queso gouda con filo rojo
Foto: es un queso originario de Países Bajos que tiene en la actualidad bastantes imitaciones. Se fabrica con leche de vaca ya pasteurizada / Shutterstock

En general, este queso se vende ahumado (aunque con un sabor no tan marcado como el provolone). Su rango de lactosa va del 0 al 2.2%. Como suele tener un toque dulce, se usa en los grilled cheese o hasta en postres. Si eres fan del ate con queso, el gouda es la razón.

Queso Azul

bloque de queso azul
Foto: se dice que su creación fue por causalidad, cuando un campesino olvidó su queso fresco y su pan de centeno en una cueva húmeda y fría. Al regresar, meses después, se encontró con que el producto había madurado hasta alcanzar las características propias de los quesos azules / Shutterstock

Amado por muchos y por otros no tanto, ya que su sabor suele ser fuerte y”picante” al paladar. El queso azul tiene un rango de lactosa de 0 a 2.5%, y su textura pastosa, lo vuelven ideal para aderezos (obvio lo has visto como dip de alitas) o desmenuzado en bowls  y ensaladas, como la Cobb.

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Parmesano

Parmigiano Reggiano
Foto: este queso curado contiene muy poca o casi nada de lactosa debido a su largo proceso de maduración, que suele ser de más de 12 meses. Durante este tiempo, las bacterias consumen la lactosa, dejándolo prácticamente libre de ella / Shutterstock

Si eres amante de la pasta y de la ensalada César, te sentirás feliz de saber que el parmesano tiene un rango de lactosa de 0 a 3.2%. Este queso popular aporta un sabor ácido a cualquier pasta, pizza, milanesas,  mezclado con huevos revueltos e incluso es ideal para hacer un chicharrón de queso con mucho sabor.

Suizo

bloque de queso sin lactosa Cheddar
Foto: se dice queso de Somerset, un condado en Gran Bretaña, son los fabricantes del mejor cheddar del mundo / Shutterstock

Cuando pensamos en una imagen del queso, quizá por su forma, el Suizo se nos puede venir a la mente. Este ejemplar, originario de donde hace alusión su nombre, tiene un rango de lactosa de 0 a 3.4%. Con su característico color amarillo y su textura media es uno de los ingredientes del fondue.

Havarti

Queso havarti como muestra de quesos sin lactosa
Foto: este queso debe su nombre a una granja propiedad de Hanne Nielsen, intrépida maestra quesera del siglo XIX que viajó mucho para mejorar sus conocimientos del oficio / Shutterstock

Dinamarca le regaló al mundo (y a los sensibles a la lactasa) el queso Havarti, que tiene niveles bajos o casi nulos de lactosa (entre 0.1% y 2%), lo que lo convierte en una excelente opción. Está hecho a base de leche de vaca y con un sabor suave, similar al queso jack, y textura que se derrite en la boca. Le va de maravilla en un sándwich o derretido en un omelette.

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La mejor receta de huevos endiablados con atún (Deviled Eggs), te tomará solo 15 minutos

Platón con huevos endiablados

¿Quién dice que los huevos duros no pueden ser divertidos y deliciosos? Aquí te dejo una receta de huevos endiablados, conocidos también como deviled eggs, con un toque que hasta los romanos (los inventores de esta delicia) amarán.

Receta de huevos endiablados con atún

huevos endiablados con
Foto: los deviled eggs son ideales como finger food, como entrada o para un picnic / Shutterstock

Ingredientes: 

  • 3 huevos duros pelados
  • 3 cucharadas de mayonesa
  • 2 cucharadas de yogurt natural
  • 2 cucharadas de mostaza Dijon
  • ½ lata de atún
  • Jugo de limón
  • Sal y pimienta al gusto
  • Paprika

Preparación: 

  1. Cortar los huevos a la mitad (de forma horizontal) y retirar las yemas.
  2. En un bol, revolver las yemas con los demás ingredientes (menos la paprika).
  3. Rellenar cada mitad con una cucharada de la preparación y espolvorear paprika.
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¿Cuál es el origen de los huevos endiablados?

acercamiento de huevos endiablados
Foto: aunque su origen se remonta a los romanos, el concepto “endiablado” se lo deben a los ingleses / Shutterstock

El origen de los huevos endiablados, también llamados deviled eggs, se lo debemos a los mismísimos romanos. En la Antigua Roma, era común servir huevos cocidos con diversas especias y condimentos como entrada; de hecho, hay un dicho en latín que los menciona ab ovo usque ad mala, que se traduce como “del huevo a las manzanas”, refiriéndose al inicio y final de una comida.

Obvio, en aquel entonces no los llamaban así. El término deviled eggs (endiablados) surgió hasta el siglo XVIII, en Inglaterra, donde comenzó a usarse para describir platos condimentados con mostaza, pimientos y otras especias picantes. En Estados Unidos, los huevos endiablados se popularizaron a partir del siglo XIX, donde se convirtieron en un aperitivo común en reuniones familiares, picnics y celebraciones.

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Caviar mexicano: conoce el ahuautle, un manjar prehispánico de Cuaresma

Ahuautle, el caviar mexicano

Cuando pensamos en caviar, generalmente lo asociamos con los esturiones. Sin embargo, las culturas prehispánicas tenían su propia versión: el ahuautle, también conocido como el caviar mexicano. Estos huevecillos se consumen secos, hervidos, asados, en tamales o en tortas capeadas con romeritos para el revoltijo de Cuaresma. Sigue leyendo para conocer más de este ingrediente.

¿Qué es el ahuautle, considerado el caviar mexicano?

Se conoce como ahuautle (del náhuatl atl, agua, y huauhtli, bledo) a los huevecillos de una chinche acuática llamada corixidae, en náhuatl denominada axayácatl, que habita en los lagos de México, especialmente en la región de Xochimilco o Texcoco, famosos por su biodiversidad.

Aunque muchas personas podrían no conocer este caviar mexicano, es un manjar que ha estado presente en la dieta de los mexicanos desde tiempos ancestrales. Varios pueblos indígenas lo consideraban un platillo de lujo y, por lo mismo, se utilizaba en rituales y celebraciones de emperadores, como Moctezuma, o de dioses.

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¿Cómo se come el ahuautle?

caviar mexicano
Foto: una de las preparaciones más comunes del ahuautle es en tortas capedas con salsa / Cuartoscuro

El ahuautle se puede disfrutar de diversas maneras y su versatilidad es uno de los factores que lo hace tan atractivo en la cocina mexicana. Tradicionalmente, este caviar mexicano se utiliza en sopas, como relleno de tamales, tacos, quesadillas y empanadas, y el más común, en tortitas capeadas que se incorporan a los romeritos y moles para hacer un platillo tradicional de Cuaresma llamado “revoltijo”.

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